Al ritmo que llevo no me da tiempo a nada mas y bien que lo siento.
Pero cuando falta el tiempo y las ganas no abundan, se hace una lista de "preferencias" y el blog termina quedando en segundo plano.
Como las fechas obligan: os deseo un buen año, que tengamos fuerza y alegría para afrontar todo lo que venga.
Esperemos que abunde lo bueno y lo positivo... de lo otro menos bueno, que sea poquito y llevadero.
Un abrazo a todas y todos los que me leéis.
Hablando de lectores, vuelvo a pedir disculpas si no contesto todos los comentarios.
Por algún motivo desconocido para mi, hay comentarios que no llegan, desaparecen sin saber donde están.
Ni en carpetas de spam ni en otras que yo pueda localizar, incluso hay quien me dice que es imposible dejar un comentario.
Lo siento de veras, mis conocimientos de informática son muy muy limitados.
Algo tan simple como un pudin de bollos, en este caso croissants que fueron comprados para hacer las patitas de una tortuga y ... terminaron aburridos sin mas destino conocido.
Croissants, suizos, magdalenas, brioches...cualquier tipo de bollería que se haya quedado "olvidado" serán ingrediente perfecto para este pudin.
Lo único complicado de la receta es "traducir" las medidas.
Es algo que siempre he hecho "a ojo", sin mas: vasito de leche por huevo y cucharada de azúcar por vaso, teniendo en cuenta siempre las medidas de los moldes y los bollos a utilizar.
Ingredientes:
* 3 croissants medianos
* 3 huevos
* 600 ml de leche
* 50 ó 60 gr de azúcar
* caramelo líquido
* un sobre de azúcar vainillado
Preparación:
Calentamos ligeramente la leche, diluimos los azúcares, el normal y el vainillado.
Batimos los huevos y añadimos a la leche.
Mojamos los croissants hasta que se empapen bien y aumenten casi el doble de volumen.
Caramelizamos un molde y vertemos la preparación en él, bien uno grande o varios pequeños, de ración.
Horneamos a 180ºC a baño maría. Procuramos que el agua esté caliente cuando metamos los moldes en el horno.
A la media hora comprobamos la cocción pinchando con un palillo, depende del tipo de molde usado que cuaje primero.
Desmoldamos en frío o templado y servimos con un poquito de caramelo rebajado en agua.
Se puede adornar con sirope de sabor, en este caso de fresa.