domingo, 16 de junio de 2013

Conejo de monte y una obra de arte


Quien tiene un amigo tiene un tesoro....y yo no tengo un tesoro, tengo unos cuantos.

Por partes: cadena de recetas de  Alejandra, Alicia, Ángeles, Belén y Marga.
¿De quién fue la idea? De Alicia y Marga... dos cabecitas pensantes, muy pensantes y muy divertidas.

¿Quién se apunta? !!! todas a una !!!

Belén en un momento delicado retomó la actividad de su blog con una receta muy especial para ella: conejo de monte.
Y con este regalo participo en el círculo, agradeciendole una vez mas el simple hecho de ser mi amiga...

Hacía años que no entraba un conejo de monte en mi cocina, solo decir que apenas recordaba su sabor y es algo increíble, la textura y el aroma hablan por si solos.

Ingredientes:

* conejo de monte
* 2 cebollas
* 4 dientes de ajo
* media copita de coñac
* media copita de vino tinto
* sal
* aceite de oliva
* patatas
 
Preparación:

Limpiamos el conejo y troceamos, adobando con ajo picado y sal.
Podemos dejar unas horas, incluso la noche entera.

Con un buen chorro de aceite en una cazuela vamos dorando los trozos de conejo, limpios de ajo (que reservaremos).
Una vez dorado el conejo, añadimos el ajo, damos unas vueltas y añadimos las cebollas troceadas groseramente.
En cuanto la cebolla empiece a ablandar, añadimos el coñac y el vino (esto fue cosa mía), subimos el fuego para que evapore el alcohol, bajamos de nuevo y dejamos que se haga despacio con la olla tapada.
Vigilamos no se quede seco y añadimos un chorrito de agua si fuera necesario, damos la vuelta a los trozos a mitad de cocción.
Finalmente apartar la carne y pasar la salsa por la turmix.



Mientras se hace el conejo podemos adelantar las patatas.
Las cortamos en cuadros grandes (lo que sobra lo empleamos en puré o tortilla), ponemos en un cazo cubiertas de aceite a fuego medio-bajo, cuando sea el momento de llevar a la mesa las sacamos y subimos la intensidad del fuego, las volvemos a meter de poco en poco, solo un momento, para que se sellen y queden crujientes por fuera.








Aquí  un  tesoro:   una   verdadera   obra   de   arte,   un detalle tan   impresiontante   que   no   hay   palabras   para describir ...  ni  suficientes   gracias   para  agradecer.







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