Yo los conocía por frutos silvestres, también es cierto que no los recogía en una plantación dedicada a su cultivo.
La tarta se ha convertido en ligera por la ausencia de nata, queso graso y prácticamente azúcar, una delicia que se deja sentir al primer mordisco.
Ingredientes:
* 600 gr de queso crema light
* 3 huevos grandes
* 100 ml de leche ideal
* 100 ml de azúcar
* 1 cucharada colmada de Maizena
* arándanos, frambuesas y moras
* azúcar glass para espolvorear
Para la base:
* galletas de avena (*)
* cacao en polvo
* mantequilla
Preparación:
Precalentamos el horno a 160ºC.
Encamisamos un molde desmoldable, untamos de mantequilla, espolvoreamos de harina y retiramos la sobrante.
Trituramos las galletas y añadimos la mantequilla derretida, el cacao en polvo y mezclamos, cubrimos toda la base, aplastando con el dorso de una cuchara.
Reposamos en la nevera.
Separamos las claras de las yemas.
Batimos las yemas, el queso, la leche ideal, el azúcar y la Maizena hasta obtener una crema.
Batimos las claras a punto de nieve como tengamos costumbre, con unas gotas de limón y sal o solas.
Mezclamos con mucho cuidado utilizando una espátula y volcamos en el molde.
Horneamos a 150º-160º, dependiendo del horno.
No debe tener mucha temperatura para que no abra ni suba con fuerza.
Comprobamos la cocción moviendo el molde en el horno y viendo si "baila" la masa en el centro o no.
En cuanto empieza a despegarse de las orillas ya está cocido.
Si no nos fiamos de la percepción pinchamos con un palillo en el centro.
Dejamos enfriar en el horno con la puerta entreabierta.
A la hora de servir adornamos con los frutos rojos y espolvoreamos de azúcar glass si gusta.
(*) - En la base no pongo cantidades, ya que la hice muy fina.
Para gustos se pueden utilizar cualquier galleta, incluso hacerla sin base.